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lunes, 9 de enero de 2012

CURSO: Uso de cuarzos y otras piedras, VIERNES 13 Y SABADO 14 DE ENERO.

Impartido por  el maestro: Juan Carlos Pérez

TALLER EN LA GRAN PIRAMIDE, NUEVO LEÓN 287, COL ESCANDÓN

TELEFONO : 55 16 60 00  (INVERSIÓN $500 )


El poder energético de los cristales es muy grande. Son increíbles transmisores de energía, cuyo potencial debe ser tratado con el máximo cuidado.



El uso de cristales ya se constata en las antiguas culturas egipcias, fenicios, celtas e indios chamanes entre otros; sin embargo, hoy en día la ciencia esta comprobando la utilidad y funcionamiento de los cristales como transmisores y receptores muy precisos y exactos, de hecho se utilizan en aparatos sofisticados de electrónica, satélites, naves espaciales, y muchos más.

Al utilizar cristales para curación, se trabaja con los sistemas que alimentan los niveles celulares o moleculares del cuerpo humano.


Los cuarzos tienen efectos poderosos para corregir los patrones de energía de nuestro organismo y nos ayudan a sanar molestias o enfermedades.

Mientras que se administra un medicamento o cirugía para arreglar el padecimiento en el cuerpo físico, los cristales trabajan con las energías sutiles o etéricas movilizando la energía estancada, al mismo tiempo que estabiliza los niveles de conciencia, por lo que se esta efectuando curación con energía pura.

Los cristales de cuarzo actúan como transformadores y amplificadores de energía, equilibrando y re-energetizando los sistemas biológicos desde su nivel celular, por medio de vibraciones oscilantes.
Para el común de las personas una gema o un cristal es solamente una piedra o algo bonito para exhibir como adorno para realzar su belleza. Pero qué distantes están de saber la real naturaleza de una gema o cristal, como ser energético y fuente de luz cósmica.



Sabemos que todas las civilizaciones, desde los orígenes, buscaron en las entrañas de nuestra madre tierra, cristales de inusitado brillo o gemas que eran utilizadas para rituales de sanación y como símbolo del poder de Dios en la tierra.

En la actualidad es posible conocer con mayor certeza la acción de las gemas sobre el cuerpo y se están realizando toda clase de estudios sobre este tema.


Tan poderosa es su energía que los terapeutas de muchas disciplinas se están acercando cada vez más a la gemoterapia. Los efectos sanadores de las piedras actúan sobre el cuerpo humano magnificando la energía de los pequeños cristales que componen nuestro cuerpo, normalizando su función.

En términos científicos, las gemas y cristales magnetizan a sus pares dentro del organismo, lo que produce una sensación de relajación y vitalidad.

Los cristales poseen una vibración acorde a la de la tierra, por lo cual la sensación de relajación puede ser atribuida a una conexión vibratoria con ella.


Como verán, la gemoterapia es un tema muy amplio donde se trabaja en varios niveles:

FÍSICO -MENTAL - ESPIRITUAL, exaltando así las energías lumínicas que fluyen en nosotros. En realidad, lo que actúa en los trabajos de gemoterapia, es la energía que la persona que los utiliza es capaz de canalizar.

Si existe una buena disposición de quien trabaja con los cristales y una apertura de parte de la persona que recibe su energía, lo que sucede es que la vibración de ambos se verá incrementada, equilibrada, balanceada, por el poder multiplicador de energías que poseen los cristales.

Al ubicar un cristal frente a una persona, la frecuencia de onda que éste emite ayuda a armonizar los desequilibrios que se encuentran en el aura humana, restableciendo el orden. Una gran parte de éste trabajo lo efectúa la claridad y pureza de cada piedra, pero también es responsable en mayor grado el color, que posee también una vibración determinada. Se ha comprobado que las vibraciones de los cristales llegan directamente al hipotálamo, y que éste se encarga de distribuirlas por todo el sistema endocrino. Así, los colores de los cristales llegan más fácilmente a los chakras que emiten la misma onda de energía.



La diferencia de tamaño entre uno y otro, no altera la calidad energética que éste pueda irradiar. Un cristal de cuarzo (de una sola punta, o dos, o varias como en el caso de una drusa), es capaz de aumentar considerablemente el campo magnético de las vibraciones del punto de cual parten (esto es, independientemente de que sean grandes o pequeños) Sí es importante tener en cuenta la calidad del cristal, pues de ella dependerá la fuerza con que emita las vibraciones (la velocidad de onda) Los cristales más claros y brillantes, son los que poseen mayor potencia, mientras que los opacos u oscuros, trabajan a menor velocidad, si bien algunos pueden tener finalidades más específicas.

La acción de la gemoterapia no es inmediata, sino que requiere de tiempo y paciencia, pero es duradera ya que interviene también en los procesos mentales, ayudando, siempre y cuando cada uno lo permita, a armonizar la energía del pensamiento. En suma, un cuarzo o cualquier otro tipo de cristal puro, puede equilibrar las energías personales como así también de los lugares donde se usan, razón por la cual siempre es útil tener uno cerca, acompañándonos en cada momento.


Como experiencia bastaría, aunque nunca se haya sentido la vibración de la energía, con tomar un cristal de cuarzo claro entre las manos. Si el cristal es lo suficientemente grande o en el caso de que sea pequeño se elegirá entre los de mayor vibración, solo será necesario cerrar los ojos durante unos instantes mientras se respira profundamente y lo que a simple vista parecía inerte, comenzará a mostrar vida.

Esta vibración no tiene un solo modo de manifestarse, pero generalmente puede sentirse en forma de cosquilleo, de latidos, o simplemente como una manifestación de calor entre las manos. Cualquier sensación diferente que se perciba en las manos es válida: lo que se percibe es la energía del cristal.



Cada pensamiento o energía negativa posee una vibración diferente. También cada cristal emite una vibración particular. La función de los distintos cristales entonces, es trabajar sobre la energía que está envolviendo al paciente o al centro de energía afectado en el cuerpo para devolver la armonía y el equilibrio natural.


A modo de ejemplo ilustrativo, imaginemos las ondas emitidas por un electroencefalograma. Si la vibración natural correspondiera a una persona alterada variaría la forma de sus ondas en distintas formas que podríamos llamar inarmónicas. En este caso se busca un cristal que emita ondas iguales a las que emite el órgano o la zona afectada, (a veces incluso hasta la persona) en estado de equilibrio y se acerca al área bloqueada, enferma o alterada o simplemente a la persona.

Esto hace que el potencial armonizado que está dentro de cada uno comience a resurgir (lo que los chamanes llamaban conexión con su naturaleza Superior) y normalice poco a poco la vibración, hasta que la irregularidad se aleje del cuerpo y este recobre su unidad con el Todo.


Hoy en día se utilizan técnicas de gemoterapia para casi cualquier alteración física o mental, cuya base es la misma que se usaba en los antiguos pueblos: Llevar al paciente a reencontrar la paz y la serenidad dentro de sí mismo ayudado por la vibración perfecta de cada cristal. Las más difundidas son las prácticas de equilibrio de los centros de energía del cuerpo (chakras) Para ello hay cristales determinados que funcionan mejor en cada zona.



El gemoterapeuta suele aprovechar la base del color de las gemas, porque estos son indicadores de determinados minerales que conforman la misma y estos minerales accionan favorablemente en las terapias. Cuando se hace referencia a los colores, no se habla de las gemas teñidas, sino a las gemas que naturalmente poseen un color determinado.


La energía pura, vibrante y cristalina nos someterá a un proceso de cambio, paulatino, lento pero constante que conseguirá elevar nuestro tono vibracional y conectar con el equilibrio interno.

Cuando conocemos su poder vibracional y su influjo lumínico sobre las glándulas del cuerpo, como la pineal o en los chakras, encontraremos en las gemas unas aliadas importantes en el proceso de concentración y meditación. En una especie de fusión de la energía lumínica y vibracional de la gema con el aura humana, se intercambia y se gesta un poder y una fuerza interior.


Las gemas cumplen una importante función dentro del campo de la terapia energética (gemoterapia) con disposiciones varias sobre el cuerpo para armonizar con su energía los chakras, el campo áurico y los estratos sutiles de nuestra mente y emociones.



Casi todos los minerales presentan formas cristalinas determinadas, esto significa cuerpos homogéneos como una red estructural regular de átomos, iones o moléculas. El estado cristalino es sinónimo de estado sólido, definido no como algo que comporta la posesión de una forma o volumen propios, sino como la posesión de una disposición regular de átomos que se suceden de manera idéntica hasta unos 100 millones de veces en la distancia de 1 cm.


Esta rigurosa repetición no se cumple por ejemplo en los vidrios.

Casi todos los minerales necesitan muchos milenios para formarse, así como alta temperatura, elevada presión y su posterior enfriamiento.

La mayoría de las personas desconoce la posible influencia que puede ejercer un cristal sobre el espíritu, el ánimo, y la mente.


Los cristales emiten una energía natural comparable a la electricidad o el magnetismo, que aún no ha sido totalmente descifrada por el hombre. Existen otras fuerzas invisibles, radiaciones y rayos cósmicos que no vemos, pero su presencia en muchos casos puede ser demostrada por métodos directos o indirectos.


Más recientemente se están estudiando los rayos cósmicos ultra-energéticos que se propagan por el universo a una velocidad cercana a la de la luz y que también llegan a nuestro planeta.

Poseen cientos de millones de veces más energía que las partículas producidas por cualquier acelerador del mundo. Es un misterio su origen, se desconoce la fuente que los produce ya que ni siquiera las más violentas explosiones de estrellas podrían generar partículas con estas energías, que permanentemente llegan a la Tierra, la atraviesan y por ende nos atraviesan.


En la diversidad de energías podemos distinguir aquellas que producen un efecto directo como la electricidad, la radiofrecuencia o el electromagnetismo, o indirecto como los rayos cósmicos o las líneas Hartman propias del Planeta Tierra y detectadas por métodos radiestésicos.
Si a un cristal de cuarzo se lo comprime ejerciendo una fuerte presión por un instante produce un haz luminoso y hasta una chispa que sirve para encender una llama de gas. Si se frotan las caras de dos cristales de cuarzo el halo de luz sirve para iluminarlo por un instante o por el tiempo que dure la fricción.


La compresión posibilita una modificación en la estructura atómica del cuarzo cambiando su vibración y por ese motivo surge la chispa y la luminiscencia.

El avance de la electrónica ha sido posible gracias al conocimiento de la alta frecuencia de vibración del cristal de cuarzo. La precisión de un simple reloj electrónico está dada entre otras cosas por la alta frecuencia en que oscila su pequeño cristal de cuarzo, que sobrepasa los treinta y dos mil ciclos por segundo. Innumerables son las aplicaciones del cuarzo en la electrónica: El silicio se halla presente en los circuitos integrados, en los osciladores, en los ordenadores y en todo aquel aparato que requiera alta frecuencia de vibración.


A estas energías podemos sumar las energías del pensamiento, de los sentimientos y de las emociones que volcadas en un cristal pueden ser amplificadas y uniendo la energía mental a la energía de alta frecuencia vibracional del cuarzo se amplifica y se armoniza la onda produciéndose una estabilización en la frecuencia del pensamiento, serenando el ritmo psíquico.


Dentro de las llamadas piedras preciosas se debe considerar a la familia de los cuarzos como gemas de una importancia fundamental. El cristal de roca, las ágatas, amatista, cuarzo ahumado, citrino, prasiolita, cuarzo rosa, aventurina, cuarzo ojo de gato, ojo de halcón, ojo de tigre, calcedonia, carneola, sardo, crisoprasa, heliotropo, ágata musgosa, dendrita, jaspe, xilópalo, y el ópalo representan un extenso grupo distinguiéndose por su enorme belleza. El cristal de roca, el cuarzo rosa, la amatista, las ágatas y citrinos poseen un amplio poder vibratorio, que puede emplearse como equilibrador del sistema nervioso.

Además de cuerpo físico, el ser humano posee otros cuerpos energéticos mucho más sutiles que no pueden ser apreciados por nuestra visión actual, estos cuerpos son: Vital o Etérico (el cual proporciona actividad y vitalidad al cuerpo físico), Astral o Emocional (el cual genera nuestros deseos, sentimientos y emociones), Mental (donde se originan todas nuestras ideas y pensamientos) Estos cuerpos disponen de siete vórtices o puntos centrales llamados Chakras y están reflejados a lo largo de la columna vertebral.


Al conjunto de estos cuerpos se le denomina Aura. Este Aura ínter penetra el cuerpo físico y sobresale de éste entre 60 y 100 cm. (en personas comunes) formando una especie de huevo o campo luminoso de diferentes colores alrededor de él, variando su color según sean nuestros pensamientos y sentimientos, o estado de salud del momento. Alguna vez te habrás preguntado el por qué una persona sin haberla tratado lo suficiente, incluso sólo con verla, te ha caído bien o mal, sencillamente es porque vuestras energías aurales fueron incompatibles.




Es en el Aura donde primeramente se generan las enfermedades, manifestándose posteriormente en el cuerpo material o físico. Y es en el Aura donde las piedras y cuarzos actúan, equilibrando, amplificando, almacenando energía mental y armonizando nuestro campo energético, siendo el motivo por el cual se les atribuye el poder de sanar enfermedades tanto del cuerpo como del alma. Y aunque no debemos olvidar que es nuestra mente la que rige todas nuestras acciones, el cristal de cuarzo amplifica este efecto y potencia el control de la mente y el poder de la voluntad.




Las piedras y sobre todo los cuarzos, también poseen un campo energético y vibraciones de una intensidad concreta y medible, sintonizando con nuestra vibración humana. Al tener contacto con los cristales accedemos a una transmisión de información en la que se suministran a nuestros cuerpos unos impulsos que lo estimulan para volver a encontrar su propio equilibrio.



Esto se puede conseguir proporcionándoles datos sobre su alteración, para hacer así un llamamiento a sus fuerzas autocurativas. Es como recordarles a estos cuerpos en desarmonía, cómo son las estructuras equilibradas, ayudándole de esta forma en su proceso de curación, tal como cuando empleamos un diapasón para afinar una guitarra. Si un órgano pierde su equilibrio, el cristal puede mostrarle el camino hasta que él mismo recupere su ritmo natural.


 
¿Cómo consigue un cristal terapéutico transmitir estos estímulos al cuerpo?

Sabemos que todo objeto, organismo o célula intercambia energía con el entorno en forma de calor, luz o cualquier otra emanación electromagnética, y que con este continuo intercambio de energía también se transmite información. Puesto que los cristales son existencias duraderas, eso significa que son muy equilibrados y proporcionan información constante y de calidad. Cada cristal tiene sus cualidades específicas con unos efectos concretos sobre la salud; de modo que si se pone una piedra en contacto con el cuerpo, la comunicación afectará a las células y provocará ciertas reacciones en ellas.


El mismo mecanismo es aplicable cuando se trata de armonizar estados mentales o emocionales en desarmonía, y el modo común de acceder a esta información es a través de la colocación de las gemas sobre el cuerpo o en torno al aura siguiendo algunas especificaciones concretas relacionadas con los diferentes tipos de piedra, su ubicación y el tiempo y frecuencia de exposición.




Los cristales en la acción terapéutica?

Los Cristales, en especial los de Cuarzo son importantes Acumuladores Energéticos ya que este es el principal elemento mineral terrestre. Se componen de Dióxido de Silicio y actúan en la corteza terrestre como transformadores, conversores y acumuladores. Esta composición básica de los cristales, se encuentra en todas las formas de vida del planeta: vegetales, animales y seres humanos contienen en su organismo importantes cantidades de silicio. En el ser humano el Silicio ocupa la tercera parte de su contextura orgánica que funciona en el desarrollo y la acción de los músculos, el mantenimiento de la juventud de la piel, entre otras muchas funciones.



Los Cristales como Elementos Energéticos Telúricos y Cromoterapéuticos, poseen corrientes Electromagnéticas iguales a las que atraviesan el Planeta, esta Energía, es muy importante para el uso terapéutico. El masaje es una de las formas de Terapia que se practica con gemas, es altamente armonizador y profundamente relajante. Mediante el mismo se combaten, estrés, tensiones, bloqueos, etc. Esta Terapia no es agresiva ni invasiva, sino que por el contrario el cuerpo físico la recibe con placer y desde el aspecto Psicoespiritual es muy armonizadora.



TE INVITAMOS A QUE APRENDAS DE ESTA MARAVILLOSA TÉCNICA PARA QUE SEPAS COMO USALOS EN TÚ PERSONA O APLICARLO EN LOS DEMÁS.
¡TE ESPERAMOS!

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